Una situación grave e inconcebible se vivió en nuestra ciudad ayer por la noche cuando la periodista de Radio Kermes y reconocida militante social, Cintia Alcaraz, fue detenida por fotografiar un operativo policial y se le inició una causa por «entorpecer el trabajo policial».
La periodista había observado la espectacularidad de un operativo en el que, luego del llamado a la fuerza por parte de un comerciante, se había demorado a dos jóvenes con sus hijos en la vía pública bajo el pretexto de que habían robado ropa de un comercio. La periodista haciendo honor a su profesión se acercó a cubrir el hecho a partir del ejercicio de su profesión. Alcaraz fue detenida en ese momento y conducida a la Seccional 3ra en donde recién recuperó la libertad pasadas las 23 hs , es decir más de dos horas después de su detención y de su incomunicación.
En el transcurso de esas horas se dieron cita en la Comisaría gran número de militantes sociales y medios de comunicación y la policía llegó a impedir a periodistas trabajar y sacar fotos e incluso les tomaron los datos en una oficina a un cronista y a un fotógrafo del diario La Arena.
Con el correr de las horas, el cerco policial «cedió» a medida que compañeras y compañeros de la detenida, medios, dirigentes y otras personas se fueron acercando a la comisaría al enterarse de la situación. Alcaraz pudo ponerse en contacto con allegados y fue liberada después de que pidiera declarar.
Es de esperar que tanto el Gobierno como el ministro de Seguridad den explicaciones de lo que pasó debido a que es inconcebible que sucedan estas cosas en el marco de una sociedad democrática como la que vivimos. No es un dato menor que estas situaciones se vienen repitiendo y que esta vez la notoriedad del caso permitió su visibilización pero -como dijo Alcaraz al retirarse de la Seccional- «estas cosas le pasan a los pibes y pibas todos los días»