Entre la orden de la Corte Suprema de Tucumán y la efectiva liberación de Belén, pasaron más de 48 horas. 55 para hablar con precisión. En la puerta de la Unidad Penitenciaria Nro. 4 de Tucumán el abrazo del movimiento de mujeres hizo guardia para acompañar a Belén y protegerla del acoso de los medios de comunicación, hambrientos por la primicia, ansiosos por su foto en primer plano, por señalar y mostrar “es ella”. Adentro del Penal se escuchaban también aplausos, solidaridad entre mujeres.
Belén está en libertad y así esperará la revisión de su sentencia. A la joven, condenada a ocho años de prisión luego de sufrir un aborto espontáneo, la Justicia la condenó antes de saber los hechos. Los médicos la condenaron tergiversando la realidad y violando el secreto médico. Y los medios de comunicación la condenaron y señalaron como “la que mató a su bebé”. Si Belén está en libertad hoy, es gracias al movimiento de mujeres. A sus abogadas que pelearon cada dictamen, a las organizaciones que tejieron visibilización y solidaridad por todo el país, a las redes de periodistas que tensionaron el discurso dominante. El Estado le falló a Belén y con ella a todas las mujeres.
Soledad Deza, abogada de Belén tuvo que presentar un habeas corpus considerando a la joven privada ilegítimamente de su libertad por el propio Poder Judicial que dilató y demoró su salida del penal.
“Lograr la efectiva libertad de Belén supuso una burocracia que demuestra que hay un ensañamiento de la justicia penal con ella. Además, fue necesaria la movilización de la Mesa Provincial para la Libertad de Belén para preservar su intimidad e integridad moral pues buscaban que la prensa la retratara esposada”, señaló en un comunicado Católicas por el Derecho a Decidir (CDD).
En el mismo escrito sostuvieron que “el caso de Belén ha puesto al descubierto la violencia institucional de una Justicia misógina, clasista y patriarcal” y denunciaron “tanto el intento de exposición, la violación a su integridad física como la demora intencionada para dar curso a la medida dispuesta por la Corte”. “Tenemos un Poder Judicial donde se entra con facilidad pero después no resulta sencillo salir”, manifestó Deza, integrante de dicha agrupación.
Consultada por Notas, la periodista especializada en justicia y género, Florencia Alcaraz, se expresó en el mismo sentido: “Hay que analizar el mito de la puerta giratoria que el caso de Belén demuestra falso: para entrar al sistema penal fue muy fácil, del hospital directamente fue encarcelada, no volvió nunca más a su casa y para salir hubo más de 50 horas de demora”, agregó Alcaraz.
“Es una Justicia que no puede mirarse a sí misma y reconocerse y repensarse, por eso la demora está teñida de una burocracia machista horrible”, analizó. La integrante del Colectivo Ni Una Menos relacionó el caso con el de las hermanas Jara en el que fueron condenadas por el delito de lesiones graves pero liberadas el mismo día del juicio, ya que la condena que les dieron era del mismo tiempo que la prisión preventiva. “Las condenan pero las liberan”, recordó.
La periodista sostuvo que “hubo muchos mecanismos que podrían haberse evitado como hacerla ir a firmar la decisión de la Cámara, trasladarla el mismo día, pasearla por Tucumán y exponerla a la crueldad de los medios que estaban ahí esperándola, buscando tener una imagen de su cara, poder tener la primicia”. “La expusieron a la crueldad de la primicia”, acotó.
Alcaraz también afirmó que “la justicia machista y los medios operan en tándem” y remarcó la necesidad de repensar la formación de periodistas y comunicadores. “La perspectiva de género no tiene que ser algo específico para periodistas especializados en género sino que todos – después del Ni Una Menos, de que una sociedad dijo que no íbamos a tolerar las violencias machistas- tienen que estar atravesados”.
“Como no existe esta formación se cae en errores que revictimizan y que provocan daños irreparables en las víctimas”, indicó, “como difundir el nombre de Belén, que lo promovieron los jueces pero los medios buscaron y publicaron”. “Esa primicia periodísticamente no suma nada”, apuntó. “En eso tenemos un desafío como colegas que trabajamos esos temas, tenemos que multiplicarlo en las redacciones como militancia personal. Pero claramente el problema está en la formación académica y profesional”, subrayó.
Alcaraz, quien fue despedida de Infojus Noticias por la nueva gestión, destacó el rol del movimiento de mujeres organizado: “Pudo demostrar con difusión, explicación, militancia y la narración con un megáfono gigante, cómo opera el sistema de salud, la policía, la justicia, con las mujeres pobres y en situación de vulnerabilidad en Tucumán y en otros lugares del país”.
En parte adjudica el ensañamiento del Poder Judicial con Belén, a que se haya logrado “desnudar esos mecanismos de poder”. “La Justicia no da el brazo a torcer a pesar de que la Corte tucumana firmó ese fallo. Fue la contrapartida de que el movimiento de mujeres señalara todo lo que estaba mal: violencia institucional, violencia machista, y que había sido tortura lo que ella pasó en ese hospital. Le puso palabras”, concluyó la periodista.
La Corte Suprema tucumana había expresado, al ordenar la liberación de Belén, que los jueces del tribunal que dispusieron la prórroga de la prisión preventiva no tenían competencia para hacerlo ya que no hubo pedido del Ministerio Público (que es el órgano facultado para solicitarla), sino que fue dictada de oficio. Eso, de acuerdo al comunicado de CDD “es ilegal e implica una extralimitación de poderes ya que el juez debe desenvolverse como un tercero imparcial en el proceso”. A su vez la Corte consideró que se prorrogó la prisión preventiva sin fundamento por no existir riesgo procesal alguno (no existía peligro de fuga ni entorpecimiento del proceso).
“Este accionar de los Jueces Ibáñez, Macorito y Fradejas, según la Corte Suprema de Justicia de Tucumán, viola los principios constitucionales de debido proceso, defensa en juicio, juez competente, imparcial e independiente y el principio de inocencia” afirmaron desde CDD. “Belén estuvo presa por más de cuatro meses ilegalmente y en violación a la Constitución y los tratados de Derechos Humanos”, remarcaron.
“Exigimos ahora una sentencia respetuosa de los derechos humanos que anule la injusta condena de Belén”, concluyeron desde Católicas por el Derecho a Decidir.
Fuente: Julia de Titto – @julitadt / Notas