La diputada del PJ, Alicia Mayoral, ingresó hoy en la legislatura provincial un Proyecto de Ley para visibilizar y erradicar la violencia familiar, en el cual propone que en las boletas de obligaciones tributarias y servicios públicos, regulados e intervenidos por el Estado Provincial, contengan la leyenda “Denunciá la violencia, no te calles”.
Además, las boletas estarán acompañadas por el número telefónico de la Dirección de Prevención y Asistencia de Violencia Familiar (2954-458043) dependiente del Ministerio de Desarrollo Social de la provincia, junto al número nacional 144 (nacional), para la atención de denuncias vinculadas a la violencia intra-familiar.
Mayoral argumentó en su proyecto que “denunciar la violencia en cualquiera de sus formas y a través de todos los medios posibles, permitirá comenzar a desandar un proceso cultural de naturalización de la misma, con graves consecuencias sobre la integridad y dignidad de las personas. Una sociedad sin violencia, es una sociedad sana, tolerante e inclusiva; todo lo que atente contra ella es un retroceso que nos perjudica a todos, afectandonos directa e indirectamente”.
Señaló que “la política de la Dirección de Prevención y Asistencia de la Violencia Familiar de La Pampa, tiene como base de su accionar promover y proteger los derechos de las mujeres, incluyendo en esa labor el interés de niños, niñas y adolescentes que se ven afectados por estas situaciones de violencia intra-familiar”.
Además, explicó que el abordaje integral “da inicio a un proceso que promueve la modificación de pautas de conductas estereotipadas, fortaleciendo en el sujeto capacidades personales que le permitan una adecuada resolución de conflictos que mejoren la calidad de vida de las familias a las cuales pertenecen las víctimas denunciantes y denunciadas por violencia”.
En su argumentación, Mayoral dijo que “sin lugar a dudas en nuestro país y el mundo, la violencia humana es un flagelo que atenta contra el normal desarrollo de la vida en comunidad. Su prevención y erradicación, desde todos los ámbitos públicos, han hecho de la violencia en general un tema preocupante en las últimas décadas dentro de la agenda política, educativa, cultural, religiosa y social de los estados nacionales y provinciales, intentando modificar el efecto destructor que su realidad propone”.