Camila Bustamante, trabajadora de la Oficina de Empleo advirtió que la dependencia puede cerrarse si no se renuevan sus contratos el 31 de octubre. Son ocho trabajadores y trabajadoras que están hace más de cinco años. Reclaman que el municipio se haga cargo de su situación laboral.
Camila Bustamante, trabajadora de la Oficina de Empleo de Santa Rosa dialogó se refirió a la precaria situación laboral. “Hoy en día seguimos sin respuesta y se nos vence el contrato el 31 de octubre de este año”, dijo.
“Todavía no tenemos respuestas si vamos a seguir trabajando o no. Venimos luchando desde hace cinco años sobre el tipo de contratación. Entramos como monotributistas y tuvimos un avance en el contrato y llegamos a ser un artículo de la Ley 643 que incluye aportes y recibo de sueldo con el municipio, pero siempre estuvimos precarizados”, explicó.
“Venimos luchando desde hace más de dos años, para que nos hagan el pase a planta definitivo. Ya estamos enmarcados en la Ley 643. Pero hoy, el reclamo es más concreto, porque el contrato se termina y no hay ninguna resolución de parte del municipio que quieran continuar”, advirtió.
—Estaban enmarcados en un plan nacional que responde al municipio?
—Sí. Estamos enmarcados en un programa de Inserción Laboral del Ministerio de Trabajo de la Nación, con el cual trabajamos y que apunta a empleadores privados, pero se hizo un aggiornamiento para las Oficinas de Empleo.
El Programa es de asistencia económica al municipio para que puedan absorver a los trabajadores, tengan un respiro en cuanto a la contratación y que luego los abosrva, que los pase a su planta permanente. Ese respiro lo dio Nación hasta marzo del 2017. Pero eso no existe más.
La base del programa es un tiempo de asistencia económica y luego se tiene que hacer cargo el empleador, en este caso, el municipio.
—¿En este contexto, cómo lo ven?
—La verdad vemos un futuro muy negro. Hoy tuvimos una reunión con el secretario de Cultura, que es nuestro jefe, ya que somos una subdirección, luego sigue la dirección y el secretario y él nos dijo que no tiene idea de nada. Que sabía que estaba la ampliación de Nación, pero que no la habían tomado en cuenta y que no había una decisión al respecto, que no sabían qué iban a hacer.
—¿La Oficina de Empleo puede desaparecer?
—Puede desaparecer. Los ocho trabajadores que estamos ahí con este tipo de contratación, se nos termina en octubre. Y si el municipio no toma una resolución antes de ese tiempo, la Oficina se queda sin trabajadores. No sé qué harán. A nosotros nos dieron a entender que si Nación no renovaba, la Oficina quedaba sin efecto.
—¿No les garantizaron que sigan trabajando hasta marzo del 2017?
—No. Lo dijo Nación, pero el municipio todavía no emitió una resolución. Supuestamente tienen que mandar nuestra contratación a Legales, que dictaminará primero si nos va contratar o no y luego qué tipo de contratación.
Ese es otro punto: el ministerio firma hasta marzo, pero nosotros no queremos seguir precarizados.
—¿Cómo les pagan?
—Mediante la Ley 643. Somos todos categoría 14 de 643, cuando hay dos chicos con título universitario: un licenciado en Ciencias Políticas y una Trabajadora Social. Una disposición del ministerio para estos contratos, era que los trabajadores debían estar enmarcados en una ley de contratación del municipio y la única posible en la provincia, es la Ley 643. Estamos inmersos en esa ley, con todas esas obligaciones, pero tenemos los derechos coartados.
Lo que queremos es un reconocimiento del trabajo que realizamos. Somos la Oficina de Empleo y nos encargamos de tramitar la empleabilidad para el resto de la ciudad. Mucha gente busca trabajo y viene todos los días a ver si surge algo. Nosotros tratamos de crear capacitaciones en oficio, que es lo que más está faltando, pero hasta el día de hoy, no lo hemos podido hacer, porque no hay presupuesto para nada.
Camila Bustamante recordó que han planteado infinidades de capacitaciones y no han tenido respuestas. “Por ejemplo, en los Jardines Ayelén no había maestras. Queríamos hacer una capacitación para que a mucha gente que le gusta esto, pueda asistir a una capacitación pero no se pudo hacer porque no hay presupuesto para llevarlo adelante.”
“No estamos pudiendo hacer el servicio de la Oficina de Empleo, ni realizar nuestro trabajo, aún con nuestra predisposición y, además, estamos con esta precarización, ya que no sabemos si vamos a seguir trabajando ahí”, concluyó.