Alumnos y alumnas de EPJA, Belgrano Sede Dos, ubicado en Primero de Mayo, entre Salta y Jujuy, manifestaron su desacuerdo con el cierre de la institución, que los obliga a inscribirse en otros colegios secundarios. Llevaron una nota a las autoridades pero no fueron recibidos por la ministra Garello.
Un grupo de estudiantes que cursan el secundario para adultos en el EPJA Belgrano Sede Dos, criticaron la decisión del gobierno provincial de cerrar la sede ubicada en la calle Primero de Mayo, entre Salta y Jujuy y obligarlos a continuar sus estudios en otros establecimientos.
Fueron acompañados por referentes del Frente Estudiantil Popular, que conduce el Centro de Estudiantes de la Facultad de Ciencais Humanas, del Sindicato de Trabajadores de la Educación de La Pampa (SITEP- CTA) y de la Unión de Trabajadores de la Educación de La Pampa.
Según contó la alumna Rocío Rodríguez, se enteraron de un día para otro del cierre del establecimiento y para continuar estudiando, deberán anotarse en otros colegios.
“Vamos a ir a llevarle una petición a la señora ministra, a ver si nos da una solución. Llegamos a fin de año y no tenemos nada, no hay lugar para inscribirnos en otro colegio”, dijo.
—¿Qué es lo que está pasando?
—Ellos decidieron remover el colegio, de un día para otro y no nos avisaron nada. Dijeron que el colegio se cierra. Gabriela Mayoral nos habló de un recorte, que es una decisión tomada y no nos dio más explicaciones.
—¿De qué colegio estamos hablando?
—Del EPJA, Belgrano Sede dos. Nos proponen que nos reubiquemos en otro lado, pero no queremos. A mí y a un compañero, nos queda un año más. Queremos terminarlo ahí, hay cosas que no entienden.
—¿Cuál es la justificación?
—Que como acá la matrícula es alta, le sacan prioridad a otros colegios. Pero no tenemos la culpa. Hay un montón de chicos y no fueron y otros que se anotan porque quieren estudiar.
—¿Les proponen irse a otra sede?
—Sí. Trasladarnos al de Zona Norte, del Congreso, el barrio 5000 y otros pero no queremos ir. Yo no me quiero mover de dónde estoy. El colegio está en la calle Primero de Mayo, entre Salta y Jujuy, pero ahora lo quieren sacar definitivamente.
—¿Son muchas las personas afectadas?
—Son dos cursos que quedaron. Los chicos de segundo terminan este año. Quedan dos primeros y cada uno de ellos, tendrá 30 personas o más.
—¿Puede ocurrir que los chicos abandonen porque no les conviene ir a otro lugar?
—Yo sería una de esas. A mí no me interesa ir a otro colegio. Yo tengo el de Zona Norte a un paso, pero no me interesa ir ahí, quiero ir al que me anoté, pero nos dijeron que era una decisión tomada y no había nada que hacer.
—¿Ahora le entregarán un petitorio a la ministra?
—Sí. Ayer elevamos una nota a al directora y hoy llevaremos una carta a la ministra, para que nos den una solución.
—¿Si no hay cambios, vos dejás las escuela?
—Y creería que sí. Y muchas personas más. Hoy la situación no está para meterse en cualquier lado, menos para una mujer. Nadie nos asegura que no vamos a estar bien.
—¿Trabajás?
—Me quedé sin trabajo hace un mes. El secundario es fundamental para conseguir trabajo. A mí me sirve. Es una vergüenza que te anotes para atender kiosco y te pidan el título del secundario. Hay personas que no lo tienen. Yo tengo 24 años y no lo tengo, por eso decidí terminar ahí. Es un lugar en el que me siento muy cómoda.
Rocío agregó que se conformó un excelente grupo humano que se rompería con esta decisión. “Acá vienen chicos del 5000, que no quieren ir al colegio de su barrio, sino a este, que vamos nosotros. Pero ellos no lo ven así”, afirmó.
Las y los alumnos entregaron una nota a las autoridades educativas, pero no fueron recibidos por la ministra Garello.