El ex director de Defensa Civil, Gustavo Romero, fue lapidario al ser consultado por el diario La Arena y culpó al ministro Tierno por «haber destruido el equipo de trabajo» de Defensa Civil y lo responsabilizó por los incendios. Tierno responsable directo de efensa Civil todavía no ha aparecido en escena. se presume que está de vacaciones. tan afecto a las apariciones rimbombantes, en esta ocasión no ha sido visto por las zonas críticas.
Romero responsabilizó directamente al ministro de Seguridad, Juan Carlos Tierno, que “se dedicó a destruir un equipo de trabajo que había logrado reducir significativamente el área afectada por los incendios recurrentes de los ecosistemas semiáridos como el nuestro; desmanteló la mayoría de las Bases Operativas Transitorias que se implementaron para poder tener las brigadas, prestas y cercanas a los lugares de mayor ocurrencia de incendios. En esta temporada sólo se habilitaron tres, una de ellas cerca de los campos del actual ministro”.
Romero le dijo a este diario que “luego de más de veinte años de dedicarme exclusivamente a la prevención y lucha contra los incendios rurales, 12 como director de Defensa Civil de la provincia, me animo a advertir a la ciudadanía pampeana sobre la irresponsabilidad de un ministro para abordar una de las principales problemáticas ambientales de La Pampa: la ocurrencia de incendios rurales”.
Sostuvo el ex funcionario que “las actuales autoridades explicaron que su objetivo era integrar una cuadrilla con bomberos pertenecientes a cuerpos de diferentes localidades de la provincia, lo que a simple vista implica una pérdida de tiempo hasta que se reúne el personal y por lo tanto una lentitud en la respuesta. Integrar las cuadrillas con bomberos voluntarios de toda la provincia les demandó ocho días mientras el fuego corría”.
Irresponsabilidades.
Romero puntualizó que “durante los últimos días del año pasado y en lo que va del actual, se han quemado más hectáreas que la suma de los 12 años”, en los que estuvo en DC.
“Una lectura simplista de la situación diría que la actual catástrofe se debe exclusivamente a la situación climática. Sin embargo, cabe destacar que en más de una década de gestión hemos tenido oportunidad de trabajar con todas las variaciones climáticas y ambientales, incluso con características similares a las actuales. Al haber llevado estadísticas puedo dar cuenta de ello”.
“Entonces no es sólo una cuestión ambiental -agregó-; se trata de una cadena de irresponsabilidades por la falta de previsión, ausencia de campañas de prevención y un gran desconocimiento por parte de los responsables de prevenir y combatir el fuego. No es lo mismo apagar un incendio de estructuras edilicias o de banquinas que manejar los incendios rurales con su complejidad y simultaneidad”, completó.
Desconocimiento.
Romero apuntó que “este año no se realizó ningún muestreo a campo de la evolución y del estado del pastizal de manera que, ni aunque se quisiera, se podría cotejar esa información con los datos disponibles a través de las imágenes satelitales. Estas imágenes permiten a quienes saben usar esa tecnología, conocer el estado del pastizal, proporcionando así un estado de situación en la provincia”.
Indicó que “se siguió elaborando el índice de peligrosidad de los incendios rurales sólo como una tarea rutinaria de la Dirección (de Defensa Civil), sin tomar nota de lo que el índice precisamente permitía diagnosticar. Esta tecnología utilizada en los países más avanzados en el manejo de los incendios permite anticipar cuan difícil será sofocar el fuego si ocurre un incendio en ese sector”.
Para Romero, “claramente el índice mostraba un incremento de la peligrosidad para la zona sur de la provincia y no se tuvo en cuenta”.
Pérdida de tiempo.
El ex director de Defensa Civil señaló que “la única gestión que se hizo para afrontar la temporada de incendios en la provincia fue un curso de capacitación que le pidieron al SNMF -Sistema Nacional de Manejo del Fuego-, en el cual se certificó a unos cien Bomberos Voluntarios y se anunció ampliamente a través de los medios de comunicación la creación de la Brigada Forestal de Bomberos Voluntarios de La Pampa”.
“¿Qué paso luego? -se preguntó-. Ya en las primeras convocatorias que se hicieron se demostró algo que se sabía de antemano: los Bomberos Voluntarios en este tipo de intervenciones sólo pueden colaborar en lo que se denomina ‘primer ataque’ ya que, precisamente por su carácter voluntario, deben regresar a trabajar en sus respectivas ocupaciones”.
Amplió y dijo que “las actuales autoridades explicaron que su objetivo era integrar una cuadrilla con bomberos pertenecientes a cuerpos de diferentes localidades de la provincia, lo que a simple vista implica una pérdida de tiempo hasta que se reúne el personal y por lo tanto una lentitud en la respuesta. Integrar las cuadrillas con bomberos voluntarios de toda la provincia les demandó ocho días mientras el fuego corría. Por eso tuvieron que pedir ayuda al Sistema Federal de Manejo del Fuego”.
Aclaró Romero que “la ley provincial de bomberos voluntarios dice claramente que los cuerpos de cada localidad deben dar prioridad a las zonas urbanas de sus respectivas jurisdicciones”.
No fue magia
El ex titular de DC resaltó que “todas las problemáticas ambientales son muy complejas por que inciden en ella diferentes factores y actores, por ello es imprescindible la implementación de un Plan Integral, en este caso de Manejo del Fuego”.
“No se pueden cambiar las condiciones climáticas y evitar que los rayos inicien un foco, pero se puede prever que estén en la zona de mayor riesgo la mayor cantidad de recursos humanos y técnicos para controlar cuanto antes ese fuego. Siempre dijimos, todos los incendios empiezan ‘chiquitos’ y hay que controlarlos antes de que se vuelvan inmanejables”, añadió.
Para que los combatientes puedan realizar su tarea en condiciones de seguridad y ser eficientes, Romero apuntó que “debe existir un equipo que elabora el índice de peligro, estudia las condiciones ambientales, gestiona los recursos necesarios, delinea la estrategia de combate, coordina todos los actores que integran el sistema provincial de Defensa Civil. Esta gestión no hizo nada de eso. Al contrario”.
“No sólo se desmantelaron las Bases Operativas Transitorias -amplió Romero- sino que se dejó de invertir en tecnología, se hizo la menor cantidad de picadas cortafuegos en toda una década, se abandonaron los estudios en curso que llevaban años de investigación que permitían anticipar las condiciones ambientales con registros climáticos y de medición del estado de la vegetación que es el combustible del incendio”.
Todo lo que no se hizo.
Romero, quien actuó en innumerables incendios rurales en distintos puntos de la provincia, detalló muchos aspectos que no fueron tenidos en cuenta por el responsable de la Seguridad: “No hubo ninguna campaña de prevención en los medios masivos de comunicación; no se coordinó satisfactoriamente con las distintas áreas del Gobierno Provincial para la asistencia rápida (guardias) de sus equipos ante la eventualidad de un incendio teniendo en cuenta que la premisa fundamental es no dejar que se agrande”.
Por otra parte indicó que “los 9 equipos que entregó Defensa Civil durante la gestión anterior en comodato a las distintas asociaciones rurales para limpieza de picadas, este año fue el que menos cantidad de kilómetros de picadas limpió. Ya en los dos últimos años de nuestra gestión se observaba un aumento importante de la carga de combustible en la zona sur de la provincia, por tal motivo se decidió fortalecer ese sector asignándole tres de los 9 tractores con rastras para que hagan prevención (limpieza de picadas). En el momento de iniciarse los incendios en el sur los tres tractores asignados a la zona estaban parados y su personal, chóferes, de vacaciones”.
Además -siguió- “no se previó el recambio del personal solicitando colaboración de brigadistas con experiencia de otras provincias o del SNMF -Sistema Nacional de Manejo del Fuego-. En la práctica esto implica bajar alarmantemente los índices de seguridad del personal ya que está claro que una persona cansada en situación de riesgo -como lo es estar combatiendo un incendio en la cabeza del fuego- puede tomar decisiones erróneas para él y su grupo. Ni hablar del riesgo de accidentes que pueden ocurrir debido al cansancio durante los desplazamientos por las diferentes rutas”, dijo Romero.
Una palabra autorizada.
Gustavo Romero renunció en abril del año pasado. La decisión se precipitó por los desacuerdos que mantuvo con el ministro de Seguridad, Juan Carlos Tierno, quien quiso imponerle como subdirector a un hombre de su confianza, decisión que el ex director de Defensa Civil no compartió.
La partida de Romero significó para la provincia la pérdida de una de las voces más autorizadas para hablar/trabajar, por ejemplo, sobre catástrofes naturales. Porque además de haber estado 10 años y 5 meses al frente de Defensa Civil y de haberse licenciado en Recursos Naturales, estuvo casi 10 años al frente de la coordinación regional del Plan Nacional de Manejo del Fuego (ingresó en 1996).
En reemplazo de Romero ingresó el jefe del cuartel de bomberos de Winifreda, Luis Alberto Clara, quien en ese momento reveló que a fines de marzo lo llamaron desde el Ministerio de Seguridad para ofrecerle la Dirección de Defensa Civil “porque supuestamente había renunciado Gustavo Romero y existía un acuerdo para que continuara hasta que finalizara la temporada de incendios”.
Clara mantuvo una charla con Romero, previa a asumir el cargo. “Lo recibió bien porque tengo una muy buena relación con él, siempre nos ha ayudado y respetamos a DF como un organismo que está por encima de bomberos. El asumió por cuatro años y estuvo más de diez, en nuestro caso, si cumplimos con los objetivos propuestos, seguiremos hasta la terminación del mandato”.
El día que se designó a Clara este diario se comunicó con Romero, quien afirmó que hasta ese momento nadie le había “avisado nada oficialmente”.