La era del flamante presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ya está en marcha con su primera orden ejecutiva en la que instruyó «alivianar las cargas del Obamacare», como se conoce a la reforma sanitaria impulsada por su predecesor, Barack Obama.
Más rápido que tarde se espera que avance sobre otras promesas de campaña: un mayor proteccionismo en lo económico, la construcción de un muro en la frontera con México y un giro en las relaciones internacionales, principalmente con un mayor acercamiento con Rusia.
Atrás quedaron los desfiles, ceremonias y bailes de la investidura y sin perder tiempo el magnate busca de inmediato marcar su agenda política nacionalista y conservadora, en muchos puntos radicalmente contraria a la del gobierno anterior.
Así, el republicano ya ordenó a las agencias federales a que actúen, en la medida de lo posible, desoyendo las directivas de la reforma sanitaria de Obama, mientras el Congreso busca el camino para derogar y sustituir el actual sistema de salud.
El documento «ordena a los departamentos y agencias aliviar la carga de Obamacare a medida que avanzamos para revocarlo y reemplazarlo», dijo el secretario de prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, quien sin embargo no aclaró los detalles de la orden.