El arquitecto señaló que antes de “traer más agua para seguir dilapidándola, creo que hay que reparar las pérdidas de agua en toda la ciudad. Arreglando las pérdidas, solamente, tendrás capacidad para contar con un 40% más de agua para todos los vecinos” “
“La salida de servicio del acueducto, fue, es y será una condición del mismo. Admitiendo que me excede el juzgar su correcta construcción y/o mantenimiento, lo cierto es que las condiciones climáticas y el paso del tiempo nos privarán, quizá cada vez con más frecuencia, de su ininterrumpido bombeo”, indicó.
“Apelando a la experiencia de pueblos pampeanos que han trabajado en mancomunión, con las cooperativas eléctricas para el cobro de tasas municipales, podríamos imitar esos ejemplos y lograr que entre las autoridades municipales, provinciales, cooperativa y los vecinos, todos juntos, aportar lo que podamos y tener un verano 2017-2018 sin padecer la falta de agua y no exponernos a ser nuevamente involuntarios espectadores de disputas de poder para sacarse lo más rápidamente posible la responsabilidad de encima. Sería una experiencia colectiva movilizadora y participativa, que ayudaría a entender la problemática global del agua potable y la toma de conciencia sobre el uso racional de la misma”, añadió en una nota publicada en La Arena.
“Imaginar la limitación del crecimiento urbano por las dificultades del agua, mientras se dilapida un 30 a 40 por ciento de agua potabilizada que se traslada desde 400 kilómetros es, mínimamente, doloroso. No poder imaginar una ciudad que pueda albergar a nuestros propios hijos es una sensación de fracaso generacional importante y de la cual no me gustaría formar parte”, agregó.
“Sueño con un proceso de renovación progresiva del sistema de agua potable, acompañado por una red secundaria que en un futuro asista con agua menos tratada, para otros consumos. En síntesis, ya que es necesario romper las calles para renovar las redes, que se hagan con visión de futuro, evitando un doble gasto de rotura y reparación de calles”,añadió.