El día en que Barcelona va a jugar por la Champions, los dos diarios deportivos catalanes les dieron las portadas de sus ediciones a la conflictiva situación planteada entre Javier Mascherano y el club.
Mascherano quiere irse porque no juega y necesita estar rodado para que Sampaoli lo considere necesario y lo lleve al Mundial. De ofertas, sólo trasciende que habría una propuesta por seis meses y 10 millones de dólares en el fútbol chino. No está oficializado.
Barcelona acepta la salida, pero pide que los chinos, o quien fuera, paguen la cláusula de 100 millones fijada en la última renovación de junio de 2016. Walter Tamer, representante del volante, negociará con Robert Fernández y Pep Segura, los hombres del club dedicados a estas gestiones.
Mascherano quiere que lo dejen ir. Barcelona le pide un «último servicio» al club. Ante la prensa, los voceros hablan maravillas del «compromiso» del argentino y, en virtud de ello, le piden que se quede.