«Un privilegiado». Así se siente Javier Mascherano después de haber jugado siete años y medio en un equipo que si no es el mejor del mundo siempre aspira a eso. Pero como todo ciclo, en algún momento tiene que terminar, y ese momento llegó. El argentino se va al Hebei China Fortune y el Barcelona lo despidió con una gala a pura emoción.
«Nunca he querido ser un ejemplo. Siempre he querido tratar de que las palabras vayan de la mano con los hechos. Al final después de siete años y medio el afortunado fui yo. Llegué aquí con la ilusión de poder formar parte de un equipo de un equipo que ya era historia», remarcó el santafesino.
El rumbo -dijo- se lo señalaron «Puyol, Xavi y Víctor», quienes le enseñaron «los valores de La Masia». «Cuando vienes de fuera te tienes que adaptar, pero es mucho más fácil cuando te encuentras a este tipo de personas», explicó.