El desahogo llegó en forma de grito y la Bombonera explotó sobre el final. Leonardo Jara se estiró como un chicle para ponerle la punta del botín derecho al centro de Wanchope Ábila y sellar el 2-1 de Boca sobre Tigre cuando al reloj de arena ya le quedan apenas unos granitos.
El triunfo -agónico- sirvió para estirar a 8 puntos su ventaja en la cima de la Superliga. Pero sobre todo para que la adrenalina corra por las venas y el equipo llegue con todo a la final del miércoles, frente a River, por la Supercopa argentina.
Cardona de penal y jara en el final convirtieron los goles Xeneixes