Si algo querían los miles de hinchas que asistieron a la Bombonera, más allá de despedir a la selección, era gritar goles de Lionel Messi. El capitán de la selección les dio alegría de sobra: hizo tres en la goleada por 4-0 del equipo de Jorge Sampaoli ante Haití. Fue el último en el país antes del Mundial. La cancha de Boca fue el escenario de un partido sin equivalencias, pero del que el cuerpo técnico algunas cosas podrán rescatar antes del debut ante Islandia, el próximo 16 de junio, en Moscú.
La cancha de Boca había sido la que albergó uno de los partidos más traumáticos de la selección en los últimos años. El 5 de octubre del año pasado jugó ante Perú. Empató 0-0 y llegó obligado a ganar en la última fecha ante Ecuador para entrar al Mundial, cosa que terminó sucediendo. En nada se pareció lo de esta noche a lo que sucedió aquel día. Fue el escenario perfecto para una cálida despedida, con mimos y aplausos para el equipo de Sampaoli que, en la cancha, no tuvo rival.