oca venció 2 a 0 a Libertad y viajará a Paraguay a disputar el desquite con la confianza de saber que el boleto a los cuartos de final de la Copa Libertadores está al alcance de la mano. Puños apretados, saludo calmo con su hermano Gustavo y andar conforme al atravesar todo el campo de juego rumbo a los vestuarios. Así vivió el triunfo Guillermo Barros Schelotto, el hombre que sólo dormirá tranquilo cuando logre clasificar a equipo a la gran final.
Quizá la sensación que quedó en la noche de la Bombonera fue que si Boca hubiera apretado más el acelerador podría haber sentenciado la serie en Buenos Aires, más allá del susto del final cuando un disparo de Leiva se estrelló, tras rozarla Andrada, en el travesaño. El suelo mojado invitaba a pegarle de media distancia. Sin embargo, no sucedió. Y el clima, y el hecho de que haya sido apenas el segundo partido oficial después de la exigente pretemporada hace suponer que los engranajes todavía deben aceitarse para funcionar a la perfección.
Se sabe. La Libertadores es el máximo objetivo del año para el club de la Ribera. Y así volvieron a recordarlo los hinchas. Con el 2 a 0, el primer paso rumbo a la cima de América está dado. A paso firme y sin distracciones. Tal como lo exige la Copa.