El peronista Juan Schiaretti logró una aplastante reelección con casi un 40 % de ventaja sobre el segundo en la nacionalizada contienda provincial ante una oferta de la implosionada Cambiemos partida en dos, que representó el octavo revés en las urnas para Mauricio Macri y que terminará moldeando los armados del oficialismo y la oposición de cara a las generales de octubre.
La abultada diferencia terminó derramándose sobre la ciudad de Córdoba -la segunda del país y por segunda vez desde 1983, el peronismo le arrebató la intendencia al radicalismo de la mano de Martín Llaryora. Además, obtuvo mayoría absoluta en la legislatura provincial, al asegurarse los dos tercios desde diciembre.
En dupla con el joven funcionario Manuel Calvo, Schiaretti -escrutadas el 98,45% de las mesas- orillaba el 53,98%, que supera el 51,8% obtenido en 2003 por José M. de la Sota. Y revertía el amplio revés del peronismo ante Cambiemos en las parlamentarias nacionales de 2017, por 18 puntos.
Tras la estruendosa implosión de Cambiemos en marzo por la falta de acuerdo y la duplicación de la oferta opositora, quedó en segundo lugar -muy lejos- con 17,77% el radical Mario Negri (Córdoba Cambia), asociado con el PRO, el Frente Cívico y la C. Cívica y que llevó en la fórmula al macrista Héctor Baldassi.
Pero el diputado nacional tuvo el premio consuelo (también la Casa Rosada) de ganar el tenso duelo intestino ante el también radical Ramón Mestre (fue por la histórica Lista 3, junto a Carlos Brinner), que terminó relegado al tercer escalón del podio con 10,95%.
Pasadas las 22.30 en el coqueto hotel Quorum, y en medio de los ruidosos festejos de dirigentes y militantes de Hacemos por Córdoba, Schiaretti brindó un fuerte mensaje de contenido electoral, que lo sumergió de lleno en la discusión nacional, como protagonista. Destacó que hay en Córdoba “una coalición plural y progresista” y que los peronistas que la integran “pertenecen al peronismo federal, democrático y republicano”. “Porque estamos convencidos de que no habrá república sin el peronismo, y que no habrá futuro para el peronismo si no es republicano”.
Aclaró que fue “una elección provincial” que nada tiene que ver con lo nacional. Y ensalzó la “moderación”. “No queremos la grieta, y hoy Córdoba lo confirmó”, disparó.
Pero además recordó a De la Sota, fallecido en septiembre y quien hace cuatro años, en el estrado del bunker sobre la avenida General Paz, había sido parte de las celebraciones por su retorno a la gobernación.
En el marco de un escrutinio que arrancó tempranamente, pasadas las 19, Mestre reconoció la derrota y felicitó a los ganadores cerca de las 21 vía Twitter. Negri, por su parte, hizo lo propio pasadas las 21.30. Antes, ambos lamentaron vía Twitter la muerte del diputado nacional de Cambiemos Héctor Olivares, baleado días atrás en el Congreso.
La victoria fue celebrada, vía remota, por los otros tres fundadores de Alternativa Federal, Sergio Massa, Juan Manuel Urtubey y Miguel Pichetto. “Este triunfo consolida a Schiaretti como el principal conductor de Alternativa Federal”, sentenció sin medias tintas Pichetto, el más contundente.
“Me comuniqué para felicitarlos por la histórica elección; es el premio a la capacidad de gestión y el liderazgo político en Córdoba”, dijo el tigrense. “Los cordobeses han reconfirmado de manera indiscutida el apoyo a su gobierno”, sostuvo el salteño.
También lo felicitó el otro presidenciable, Roberto Lavagna. “Córdoba es un ejemplo para el país”, remarcó, con ecos electorales.
Pese a la seducción que emanaba de un escenario exultante, no hubo finalmente desembarcos de dirigentes nacionales. El Gringo impuso sus propios tiempos -su primera marcación tras el blindaje- y dilató la foto conjunta del día después.
“Cuando elegimos los cordobeses, los de afuera son de palo”, aleccionó, tras votar, el veterano peronista, sobre el filo de cumplir 70 años y munido de su tradicional campera roja de cábala. El sol comenzaba a brillar con fuerza, en lo que terminaría convirtiéndose en un verdadero día peronista.