Familias que viven en el asentamiento del Barrio Santa María de Las Pampas usaron la banca del vecino para reclamar que las dejen comprar sus tierras y pidieron tener diálogo con las autoridades municipales.
Claudia Vaigant adelantó que solicitarán a la gestión saliente de Leandro Altolaguirre y a la que ingresa, de Luciano di Nápoli, que las personas que viven en los asentamientos, puedan comprar sus tierras. Apoyó el proyecto del Banco de Tierras impulsado por el mandatario Carlos Verna.
“Hoy presentamos un proyecto por el tema de la gente que está en el asentamiento al costado del Santa María. Queríamos que nos vendan las tierras con cuotas accesibles y que la gente pueda pagar los terrenos”, dijo.
“Hay mucha gente alquilando y queremos que vivan como gente normal, con luz, agua, que tengan lo necesario. Ya no se hacen más casas de barrio y la gente anda rodando de un lugar a otro, hay mucha gente joven y con chicos”, explicó Claudia.
—¿Cuánta gente quedó en el asentamiento?
—Hay por lo menos 75 u 80 familias, que están alquilando. Van y vienen del asentamiento. Hay gente que durante el día se ve, otra trabaja y algunos no tienen trabajo. Se mantienen como pueden.
—¿Son personas anotadas para casas sociales en el IPAV?
—La mayoría sí. Hay algunas que no porque tienen dieciocho años, pero también hay gente grande que no se ha podido anotar todavía. Son personas necesitadas que pueden pagar una cuota de $500 o $1000. No quieren que les regalen nada, solo quieren un terreno dónde vivir.
—El pedido es a esta gestión, que ya se va, ¿la próxima gestión puede abordar el tema?
—Yo creo que tienen que hacer algo. Son muchas familias las que están ahí.
—¿Sirve el proyecto que presentó el gobernador Verna del Banco de Tierras?
—Sí. Eso viene bien para gente que lo necesita. No sé si sería bueno que lo maneje el IPAV. Sí que la municipalidad ponga también sus reglas y dé accesibilidad a las tierras. Estamos pidiendo cuotas accesibles.
—¿Ése asentamiento estuvo teñido políticamente?
—Nunca estuvieron los políticos. Yo me entregué por parte de otras compañeras, pero no hubo información algún dirigente político. Me enteré por boca y le avisé a otros amigos que no tienen vivienda propia. Gracias a Dios, el gobernador está escuchando, hay una necesidad grande y surgen los asentamientos.
La gente no puede llegar a comprar un terreno y estamos desbordados por todo. Yo tengo casa propia, pero mis hijos no tienen y viven conmigo. Mi hija está en condiciones críticas a su bebé con broncoespasmo en mi casa y no le tocó una casa. Todavía, en el barrio que entregaron, hay casas desocupadas. Al IPAV le tengo cero confianza, porque todavía no hizo nada, hay muchos acomodados.
—En el tiempo en que se dejó de hablar del tema, ¿fue alguien de Desarrollo Social o el IPAV a relevarlos?
—Fueron dos asistentes sociales del municipio, que se presentaron con ayudas en comida, ropa o una bolsa alimentaria, pero no es la solución.
—¿Hay personas que han empezado a edificar?
—Sí, se están haciendo casas de material y de madera. Hay muchos que están en el terreno, pero hay lomas de tierra que impiden hacer algo y no pueden edificar. No hay agua, ni baños, ni luz.
Llega el verano y la necesidad del agua es importante. Esta gestión se está yendo y esperamos que el nuevo intendente que entre tenga más humanidad, nos tome en cuenta y nos cite a un diálogo formal, estamos predispuestos a pagar y tener más esperanza.