Agustín Pichot, un medio scrum que fue sinónimo de talento y desequilibrio en el CASI y en Los Pumas, además de brillar en equipos ingleses y franceses, intentará hoy dar el gran salto y convertirse en el máximo dirigente de la World Rugby, la FIFA de la «ovalada», en la elección a presidente del organismo que presenta como oponente al actual titular, el inglés Bill Beaumont.
Pichot nació un 22 de agosto de 1974, hijo de Enrique Alberto Pichot y Cristina Campagna, se crió en Martinez y San Isidro en la zona norte del conurbano bonaerense junto a sus tres hermanos: Enrique, Barbará y Joaquín.
Jugó al rugby desde siempre como mandato familiar, el amor por el deporte era parte primordial de su genética. Su abuelo paterno Horacio (murió en un accidente con la moto) había vestido la casaca de Obras Sanitarias y su padre se desempeño en el CASI entre 1965 y 1970.
El pelilargo Agustín, conocido como «Fichín» por su amor a los juegos electrónicos, estudió en el Colegio San Juan Precursor de San Isidro y fue creciendo y mostrando sus enormes condiciones a la vez que disfrutaba de su otro «vicio»: los recitales de rock.
Pichot debutó en la Primera del CASI, donde también jugaron sus hermanos, en la segunda división y logró el ascenso en 1994. Su padre fue fundamental para que ello sucediese.
El padre de Agustín, un contador fallecido de cáncer el 30 de abril de 1999, le dijo una vez una frase simple y contundente que le marcó un futuro para crecer como persona y deportista: «Vos jugá y estudiá, no te preocupes por ‘laburar'».
El medio scrum no pasó inadvertido y en 1995 fue campeón del Nacional de Clubes y del Seven de la URBA además de ser convocado para jugar los Seven de Taipei (China) y Punta del Este por Los Pumas, en los que fue campeón y elegido como mejor jugador.