La estación, las ruinas del poblado, el cementerio, el Puente Negro y la Virgen del Valle son en conjunto, una experiencia que conjuga educación ambiental, interpretación del patrimonio y preservación del sitio. Para ello, la Secretaría de Turismo renovó la cartelería interpretativa del sitio declarado histórico por la Nación en 1943.
Ubicada a 45 kilómetros de la capital pampeana y fundada el 28 de mayo de 1911 en torno a la estación de ferrocarril que conectaba con el establecimiento San Huberto, hoy Reserva Provincial Parque Luro, esta localidad fue testigo de abruptos cambios del paisaje pampeano.
Naicó llegó a tener 600 habitantes, comisaría, Juzgado de Paz, hotel y una Comisión de Fomento. Cuando cesó el servicio del ferrocarril, se inició un éxodo masivo y en las últimas décadas fue conocido como pueblo fantasma de La Pampa.
En la actualidad este sitio constituye un atractivo turístico que despierta curiosidad e invita al visitante a recorrer y descubrir los vestigios de su laborioso pasado. Por tal motivo, la Secretaría de Turismo trabaja para facilitar las visitas al sitio, donde una familia de la comunidad local ha ayudado a preservar la estación del vandalismo y el desmantelamiento. Irma, vecina de Toay, ha sido fiel custodia de la integridad del predio histórico.
Los fines de semana largos y cuando el clima lo permite, personal de la Secretaría se hace presente para brindar información a los visitantes. Junto a las visitas guiadas y actividades organizadas por prestadores como el Hostal Naicó y guías habilitados, se impulsa la preservación de las ruinas del caserío, la estación y el resto del conjunto, objetivo que se verá reforzado cuando se termine la obra en ejecución, contigua a la seccional policial, consistente en un salón para proveeduría, sanitarios y una oficina de información al turista.
La cartelería interpretativa, que relata y enmarca la historia de Naicó, consiste en diez carteles en sitios de importancia histórica tales como el conventillo, la estación de ferrocarril, la plaza, la Escuela 80, el Almacén de Ramos Generales, el Cerro de la Virgen y un plano del sitio.
La Secretaría de Turismo invitó a quienes visiten Naicó a colaborar con la protección de su patrimonio cultural y natural, para que las familias pampeanas y turistas de otras provincias disfruten de un escenario que es parte entrañable del pasado y que a la vez ofrece una oportunidad para el emprendedurismo y el turismo responsable.
Naicó llegó a tener 600 habitantes, comisaría, Juzgado de Paz, hotel y una Comisión de Fomento. Cuando cesó el servicio del ferrocarril, se inició un éxodo masivo y en las últimas décadas fue conocido como pueblo fantasma de La Pampa.
En la actualidad este sitio constituye un atractivo turístico que despierta curiosidad e invita al visitante a recorrer y descubrir los vestigios de su laborioso pasado. Por tal motivo, la Secretaría de Turismo trabaja para facilitar las visitas al sitio, donde una familia de la comunidad local ha ayudado a preservar la estación del vandalismo y el desmantelamiento. Irma, vecina de Toay, ha sido fiel custodia de la integridad del predio histórico.
Los fines de semana largos y cuando el clima lo permite, personal de la Secretaría se hace presente para brindar información a los visitantes. Junto a las visitas guiadas y actividades organizadas por prestadores como el Hostal Naicó y guías habilitados, se impulsa la preservación de las ruinas del caserío, la estación y el resto del conjunto, objetivo que se verá reforzado cuando se termine la obra en ejecución, contigua a la seccional policial, consistente en un salón para proveeduría, sanitarios y una oficina de información al turista.
La cartelería interpretativa, que relata y enmarca la historia de Naicó, consiste en diez carteles en sitios de importancia histórica tales como el conventillo, la estación de ferrocarril, la plaza, la Escuela 80, el Almacén de Ramos Generales, el Cerro de la Virgen y un plano del sitio.
La Secretaría de Turismo invitó a quienes visiten Naicó a colaborar con la protección de su patrimonio cultural y natural, para que las familias pampeanas y turistas de otras provincias disfruten de un escenario que es parte entrañable del pasado y que a la vez ofrece una oportunidad para el emprendedurismo y el turismo responsable.
