Un tiroteo en Múnich desató el caos y el pánico en la tarde del viernes. Aunque las primeras versiones hablaban de tres pistoleros que dispararon a transeúntes y clientes de un restaurante, la policía informó de madrugada de que solo hubo un atacante, que mató a nueve personas y dejó a 16 heridas antes de suicidarse. El autor es un joven de 18 años con doble nacionalidad alemana e iraní procedente de Múnich, según anunció el jefe de la policía de la capital bávara en una rueda de prensa a las dos de la madrugada, en la que admitió que los motivos del ataque no estaban nada claros. Esta misma semana, el Estado de Baviera había sufrido un atentado islamista cuando un refugiado afgano de 17 años atacó con un hacha a varios pasajeros de un tren regional.
El caos se apoderó el viernes del centro de Alemania. El atacante empezó el tiroteo en un restaurante de la cadena McDonald’s en Múnich, y posteriormente se desplazó a un centro comercial que se encontraba enfrente, próximo al parque olímpico. Al principio se habló de tres agresores que se habrían dado la fuga a través una boca de metro, lo que provocó un impresionante despliegue policial para tratar de encontrar a los responsables de la matanza. En una muestra de la desesperación ante las dificultades para dar con los terroristas, la policía, que movilizó a 2.300 agentes, pidió a los ciudadanos que abandonaran los espacios públicos.
Ya de madrugada, la policía informó de que se trataba de un único atacante y de que se había suicidado. El cadáver apareció a un kilómetro del centro comercial y, de acuerdo con la televisión bávara, llevaba una mochila roja. Hubertus Andrae, jefe de la policía, le describió como un joven alemán-iraní de 18 años que vivía «desde hace tiempo» en Múnich, sin antecedentes ni vínculos islamistas conocidos. El policía admitió que los motivos del ataque «no estaban claros en absoluto». El joven no llevaba armas largas, únicamente una pistola. Andrae explicó que inicialmente se buscaba a tres sospechosos ya que algunos testigos habían visto a dos personas abandonando el lugar del tiroteo en un coche a gran velocidad, pero posteriormente se comprobó que no estaban involucrados. Entre los nueve muertos había varios adolescentes, y entre los 16 heridos, tres de ellos en estado muy grave, hay niños, aunque el policía no dio más detalles.
La situación durante la noche del viernes fue de alarma extrema, que se levantó de madrugada. La policía hablaba de “alta alerta terrorista”. El hecho de que no se supiera ni el número total de víctimas ni, sobre todo, dónde estaban los responsables tuvo a toda la ciudad, y a toda Alemania, en vilo. La policía quiso ser cautelosa ante la confusión en torno al tiroteo, pero al final de la tarde un portavoz admitía que todas las sospechas apuntaban a un acto terrorista. Sin embargo, en su comparecencia esta madrugada, Andrae volvió a la prudencia y aseguró que es pronto para saber si se trata de un ataque terrorista o la obra de una persona trastornada. Tampoco han hallado indicios de que el tiroteo esté relacionado con el yihadismo, ni han visto similitudes con el ataque de un adolescente esta semana en un tren.