María Beatriz Branca se dedica desde el año 2011 a la alfabetización de adultos en el oeste pampeano y recibió un premio nacional por su labor. “A los adultos hay incentivarlos mucho más que a los chicos de primer grado, pero las experiencias son muy fortalecedoras.”
María Beatriz Branca, docente de Primaria para Jóvenes y Adultos, dialogó con Plan B, luego de haber recibido un premio nacional por su trabajo de alfabetización de adultos en Algarrobo del Aguila.
Beatriz recibió el premio por su compromiso y por su participación destacada en la alfabetización en el oeste pampeano. Actualmente trabaja en el colegio Secundario Águila del Oeste y secundario a distancia de Algarrobo del Águila. Su trayectoria como docente incluye la Escuela 99 de Santa Isabel, Escuela 55 de Luan Toro y los colegios “El Bardino” y Secundario Santa Isabel.
“Lo que yo realizo allí es alfabetizar a la gente del pueblo y a la vez tengo otro proyecto, en donde salgo a alfabetizar en los puestos de los campos”, explicó a Plan B.
“Yo empecé en el 2011 con la alfabetización en el pueblo y luego surgió la inquietud de salir a los puestos a alfabetizar, porque me enteré que había gente que no sabía leer y escribir, por no haber tenido la oportunidad de ir a la escuela”, afirmó.
“Entonces, junto con el municipio, le propuse al Intendente que cuando visitara los puestos me avisara y saliera con él, a ver si la gente estaba interesada en lo que yo les podía dar. Hicimos muchos viajes y hubo muchos puesteros interesados. A partir de ahí, presenté un proyecto por intermedio del municipio, que se presentó en Educación de La Pampa y después, ver si se podía aprobar”, contó Bronca.
“La Pampa lo elevó a Nación y se aprueba. Comenzamos en el 2012 a ruralizar los puestos de Algarrobo del Aguila. Se divide el trabajo en dos zonas: sur y norte, con cinco o seis puesteros en cada zona”, explicó.
“Hasta ahora estamos alfabetizándolos. Son programas de seis meses que se cortan con las vacaciones. Vamos cada quince días, en la camioneta de la Escuela Primaria 129 de Algarroba del Aguila, les dejamos las tareas en un cuadernillo, y vemos las necesidades de aprendizaje. Luego se los dejamos, explicamos si hace falta, nos devuelven sus inquietudes y cuando volvemos a los 15 días, le volvemos a dejar más material.
—¿Hace cuántos años que sos docente?
—Me recibí en el año 1987. Empecé en Primaria, me quedé estable en Algarrobo del Aguila y desde el 2011, en clases con Adultos.
—¿Es diferente dar clases con adultos?
—Sí. Los adultos tienen sus miedos de no poder aprender. Pero los miedos hay que sacarlos. Hay que incentivarlos mucho más que a los chicos de primer grado, pero las experiencias son muy fortalecedoras.
En realidad, las ganas de aprender nunca se pierden, más al ver que pueden escribir su nombre, que pueden hacer una cuenta eso motiva mucho.
—¿Hay alumnos de edad avanzada?
—Tengo alumnos de 68, 70 y 72 años. La mayoría tiene entre 40 y 70 años.
—¿Cómo fue la recepción?, ¿todos querían aprender?
—Al principio algunos no querían y sus respuestas eran que estaban grandes para aprender, sobre todo los hombres. Pero cuando vieron que seguimos con la continuidad, se animaron. Un día llegué a un puesto donde le había dejado tarea a una señora y ella me preguntó si su marido podía empezar. Obvio que la respuesta fue que sí. Yo ya había preparado su cuadernillo, más allá de que él decía que no.
—¿Qué sensaciones sentiste cuando tu nombre fue designado para representar a La Pampa a nivel nacional?
—La verdad es que eso fue algo inesperado. Un día mi Directora me llamó y me pidió mi legajo. El 30 de agosto a la mañana, me llamaron de Buenos Aires de la Subsecretaría de Educación de Nación, donde me felicitaban por la elección de ser la mejor educadora en La Pampa. Habían llamado acá, pero como era feriado, yo fui la primera en enterarme. Fue algo muy inesperado y nunca me imaginé recibir un premio así. Nunca en mi vida me imaginé que podía representar a una provincia.