La Confederación Argentina de Hóckey prohibió jugar a la pampeana Guillermina Ferrando, que debe hacerlo con casco para proteger la válvula de derivación que tiene en la cabeza. El fin de semana pasado le pasó por primera vez en 5 años en torneo nacional desarrollado en Neuquén.
Guillermina Ferrando y su mamá, Karina Gómez fueron notificadas por la Confederación Argentina de Hóckey y la joven de 18 años, que llegó a estar presente en la selección nacional y en los Juegos Evita, no podrá seguir jugando a este deporte con casco.
Su madre lamentó la decisión y dijo que intentarán apelar la medida, aunque reconocen que es difícil que se revierta la situación. “Después de cinco años que Guille juega con el casco, nos vimos sorprendidos, porque cuando fue a una Liga Nacional de Hóckey, no la dejaron jugar”, contó Karina a Plan B Noticias.
“Pensamos, como otras veces que era cuestión de que se cercioraran cuál era el problema de Guillermina, que preguntan por qué usa casco. Ya nos había pasado en los Evita el año pasado, cuando la pediatra tuvo que explicar el certificado, pero no. De repente la cuestión iba más mas allá, le prohibieron jugar porque el reglamento dice que no se puede jugar”, explicó.
“No sé qué pasó estos cuatro años en que jugó, donde participó en la selección pampeana de Hóckey y estuvo en torneos nacionales y nunca nadie dijo que no se podía, pero ahora lo hicieron y la Confederación de Nacional de Hóckey se expidió y dijo que ella no podía jugar con casco, porque podía lesionar a otro jugador”, le dijo a Plan B.
“Yo hablé con tres personas de la Federación. Este es un deporte de riesgo y uno asume esa situación. Por eso, ella naturalmente en su vida no usa casco, pero en el deporte, es una protección debido a sus antecedentes. Cuando terminó todo el problema que tuvimos, la pregunta de mi hija era si podía jugar al hóckey y el médico le contestó, que si asumía que si iba a jugar con un casco”, dijo.
—¿Qué le pasó a Guillermina?
—Ella tuvo una obstrucción que le provocó una hidrocefalia. Tuvimos que hacer dos operaciones y le pusimos una válvula, que es una forma de derivación artificial que permite que no se le provoque la acumulación de líquido y eso es lo que tiene. Gracias a Dios, no tuvo graves problemas y solo debió trabajar la cuestión motriz fina, pero no quedó con secuelas, de algo que fue grave en su momento y lo que sí quedó es la forma artificial de sacarle el líquido.
—¿Ahora le quieren prohibir jugar en todos lados?
—Sí. Hoy tengo una reunión con el club y aparentemente la Confederación Argentina de Hóckey le va a prohibir jugar y la Federación Pampeana no puede estar en contra de esto. Ahí está el problema y lo que yo más temía, si la Confederación se expedía de esta manera, la Asociación no podía estar en contra y acá tampoco la van a dejar jugar.
—¿Cuál es el argumento para que Guillermina no juege más al hóckey?
—Ellos dicen que el reglamento no permite esto y que el casco que ella tiene, puede lesionar a otros jugadores. El argumento está en los hechos. Nunca han dejado jugar a nadie con un casco. Pero el argumento es poco fiable, ya que ella jugó cuatro años con casco y nunca hubo una lesión.
Karina recordó que los arqueros juegan con casco: “de repente es como una incoherencia, pero es lo que ellos aluden”, dijo.
—¿Hubo apoyo de Leones y Leonas?
—Si, por medio de tweets, apoyaron a Guillermina. Cuando tuve esta noticia de que no la dejaron jugar, en lo puse en mi Facebook (sobre la prohibición en el torneo Regional Patagónico de Clubes) y esto se viralizó y tuvo el apoyo de Leones y Leonas. Incluso sus compañeras hicieron una campaña de hóckey inclusivo para dar a conocer su situación y apoyar a Guillermina.
Por su parte, Guillermina, dijo a Plan B que juega al hóckey en el mediocampo y en la delantera. “Yo jugaba al hóckey desde los 6 años y cuando pasó la operación, lo primero que pensé era si podía seguir jugando. La respuesta del médico fue que no porque tenía una válvula. Y me dijeron que podía hacer baile y en un control, le pregunté si podía hacer hóckey con casco. El médico acepto, me hizo un certificado y empecé a ir a todos los torneos así”, dijo. “Siempre me dejaron jugar en todos los torneos, menos en este regional de clubes”, agregó.
—¿Cuándo te enterás que no podías jugar?
—Cuando llegué e hice la entrada en calor con mis compañeras, mi entrenador presenta el certificado y no me dejaron jugar. Directamente, no me dejaron entrar a la cancha.
—¿Era gente nueva y no había estado en estos torneos?
—Era el primer torneo de primera en que jugaba, por mi edad. No conocía a esta Asociación. Pero yo fui a los Juegos Evita el año pasado y no tuvieron ningún problema. También estuve en el seleccionado un año y nunca hubo problemas. Además, las chicas de otros clubes te preguntan qué te pasó y cuando les contás, te dicen que bueno que seguís jugando y que pase esto, es muy feo.
—¿Vos querés seguir jugando?
—Obviamente. No hay otra posibilidad y no quiero bajar los brazos. Voy a seguir hasta que me dejen jugar.
—¿Tenés pensado estudiar carreras relacionadas con el deporte?
—Sí. Me encantaría dar Hóckey. Quiero ser profesora de Educación Física y poder darle Hóckey a nenas, enseñarles de la misma forma en que me enseñaron a mí.
—¿El hóckey es toda tu vida en la proyección de adulto?
—Sí. Es todo para mí.