Aldo Tartaglia, el hermano de la desaparecida pampeana Lucía Tartaglia, celebró la noticia de que su sobrina Victoria –hija de Lucía- fuera hallada por la agrupación Abuelas de Plaza de Mayo y, aunque eligió destacar la buena nueva y sus implicancias, no dejó de advertir sobre las trabas que encuentran casos como estos a partir de decisiones políticas del Gobierno Nacional.
Acompañado por el militante de Derechos Humanos y víctima de la dictadura “Pinky” Pumilla, su sobrina Lucía, el Secretario de Derechos Humanos, Antonio Curciarello, y la Directora de Coordinación de dicha secretaría, Ana Inchaurraga, Tartaglia fue recibido en el despacho por el Gobernador Verna, quien agradeció “que hayan elegido la Casa de Gobierno y el despacho para hacer el anuncio. Lo único que lamentó es que no esté María (madre de Lucía, ya fallecida) porque la buscó y mucho. Fue su vida”.
Tartaglia explicó que “estamos viviendo algo que no podemos creer. La realidad es que se encontró mi sobrina. Hay momentos que lloramos, nos reímos… nos acordamos de mamá y la fuerza que siempre nos dio para buscar a Lucía y a su nieta. Y empezamos a recordar todo lo que nos pasó desde el 76 hasta ahora”.
La familia se enteró el jueves del hallazgo de Victoria a partir de una comunicación de Estela Carlotto, justo en el día en que se cumplían 40 años de la desaparición de Lucía.
Así, aunque no enteramente, empezó a cerrarse un círculo, el de la incertidumbre que “es terrible, en el sentido de estar todos los días con mi mamá diciendo que falta su hija, su nieta, no sabíamos … los días de fiesta… desde que desapareció mi hermana no cumplí más años, porque ella los cumplía el 6 de junio y yo el 7 de junio, así que cada vez que venía de La Plata lo festejábamos juntos… Después del ‘76, al no estar ella, no cumplí más los años”, graficó.
“Doy gracias a Dios de tener el privilegio en nuestra familia de haber encontrado a mi sobrina, y me gustaría que todos los niños desaparecidos puedan estar con la familia propia”, continuó.
En esa dirección también habló Pumilla, quien definió el encuentro como “un alumbramiento para todos” y pidió “darle un tiempo a ella (por Victoria), porque hubo 40 años de búsqueda y procesar esta cuestión para la familia, pero para ella son horas. Necesita ajustarse a la nueva realidad, debe estar cruzada por 1000 emociones, no haremos nada para entorpecer ese proceso. El tiempo hará y reparará lo que deba hacerse”.
Mencionó a María Tartaglia como uno de los ejemplos de mujeres pampeanas que buscaron incansablemente a sus hijos motorizando una lucha que se instaló en la sociedad a tal punto que “si este anuncio pudo hacer es por imperio y la prepotencia de lucha y perseverancia de María Tartaglia. De nadie más”.
Recordó que en La Pampa también se está buscando el hijo o hija de María de las Mercedes Gómez y Juan Carlos Orzoacoa y pidió que el encuentro de Victoria “sirva de impulso para la restitución a una provincia que hace un gran empeño por recobrar sus identidades y fortalecernos”.
Finalmente, y pese a que se definió como “hija de la democracia, que no me daba cuenta de lo que era la dictadura”, la joven Lucía aseguró que su prima Victoria “es la prueba de lo que pasó y no tiene que volver a pasar más. Estamos felices, cualquier estado democrático es una felicidad”.