El presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó (Cambiemos) levantó la sesión donde el oficialismo pretendía debatir hoy la reforma previsional.
Pasadas las 13.30, el bloque kirchnerista debió hacerse paso entre la multitud por la avenida Rivadavia y enfrentarse verbalmente y a los empujones con agentes de la Gendarmería para poder entrar al Palacio. Situaciones similares habían ocurrido ayer.
«Que se levante la sesión, que se levante la sesión», le gritó la diputada Victoria Donda en el recinto al Presidente de la Cámara pasadas las 14.30. «Este operativo que llevaron adelante es perverso, así lograron reprimir a la gente y golpear a dos legisladores. ¿Querés venir a ver mi pierna, a ver qué es lo que pasa?», expresó Donda, en referencia a incidentes ocurridos ayer, mientras se incorporaba de su asiento y mostraba que estaba en muletas. «Esto pasa porque no quieren que defendamos a los diputados y a los pobres. ¡Que se levante la sesión!», exclamó.
Monzó le contestó con voz calma: «Diputada, la sesión la levanto yo». Y anunció que había 130 diputados, uno más del mínimo requerido para sesionar según el reglamento: «Se abrió la sesión con la presencia de 129 diputados. Está el numero».
Entretanto, un diputado se aproximó al estrado para exigirle lo mismo que Donda. Monzó le pidió que se retire y hubo un forcejeo. «Estoy con quórum», insistió Monzó. «Queda abierta la sesión. Los voy a escuchar, los voy a escuchar, pero tomen asiento. Tenemos número reglamentario. La sesión tiene quórum», repitió una y otra vez.
Cuando la situación se calmó, finalmente pudo hablar el primer diputado en la lista para exponer posturas, el jefe del interbloque Cambiemos, Mario Negri. «Presidente, yo diría que llame a que nos ubiquemos en las bancas», expresó, en medio de un griterío, escándalos. Todos los diputados estaban parados.
Massot exclamó: «Escuchen, pero escuchen la propuesta, ¡escuchá un poco!».
Entretanto, podían escucharse reclamos de que en realidad no había quórum. Ya habían pasado algunos minutos desde las 15.