Un escenario que cambió en la segunda parte. Tras la reanudación, y a pesar de la entrada de James, que no fue titular, Colombia notó el cansancio y Japón perdió el miedo, convirtiéndose en la clara dominadora del encuentro y asediando la portería de Ospina, que se convirtió en el mejor de los suyos. El portero colombiano lo paró casi todo, pero nada pudo hacer ante el remate de Osako a la salida de un córner en el minuto 72. Desde entonces, Colombia intentó, con más corazón que cabeza, acercarse a la portería japonesa, aunque no inquietó apenas a Kawashima.