La selección de la Argentina de básquetbol es sinónimo de temple, coraje, energía, valor y ganas de competir. Después de 17 años vuelve a una final del Mundo y lo que parecía un sueño resultó la gloria misma. Campazzo se abraza con Laprovittola segundos antes del cierre. Se toman la cabeza porque no pueden terminar de creerlo. Otra lección más en este país. Con un contundente 80-66 sobre Francia. Es imposible quedar afuera de semejante hazaña. Es historia pura. Es el alma en la cancha.
Este domingo, el equipo de Sergio Hernández se medirá en la final frente a España, que en el primer turno venció a Australia por 95-88 en un partido trepidante y luego de dos tiempos extra, porque habían igualado en 71 puntos y luego en 80.