El próximo jueves 16 de enero a las 21 horas, en el espacio verde del Barrio Santa María de La Pampa, tendrá continuidad el ciclo de cine a cielo abierto «Enero en corto» organizado por Aprendices de la Siesta, un dispositivo de intervención grupal del Hospital de Día La Molas, Subsecretaria de Salud Mental y Adicciones- Ministerio de Salud y en el que colabora la Municipalidad de Santa Rosa.
El ciclo de cine se inició el pasado jueves 9 de enero en el barrio Plan 5000, continuando el sábado 11 en el Parque Oliver. En esta oportunidad se desarrollará en el barrio Santa María de La Pampa y se desplazará durante todos los jueves de enero por los barrios Reconversión, Zona Norte y Matadero.
Se proyectan dos realizaciones de Aprendices de la Siesta: un cortometraje titulado «Sin lunes no hay puchero» y una producción audiovisual basada en fotos que fueron inspiradas por el texto Celebración de la voz humana/2 de Eduardo Galeano.
En el caso del cortometraje, retrata los efectos que la versión neoliberal del capitalismo actual, imprime sobre el mundo laboral y la cotidianidad de quienes vivimos del trabajo. Córdoba, solidario y tenaz obrero de la construcción, es despedido de la obra en la que trabaja, en manos de Reynoso, quien atravesado también por esa lógica mezquina e individualista, ha olvidado sus orígenes y constituido ahora en complaciente capataz de la obra, dispone cruelmente de la vida del obrero.
Por su parte, el título del cortometraje nos aproxima a la obra de Armando Tejada Gómez, quien ha elegido alojar en sus versos, las luchas cotidianas de los oprimidos del sistema.
«El lunes se conduele del que no tiene lunes,
del lunes sin semana de los desocupados,
pasa frente a sus casas como una estrella errante
donde hace cola el odio con los puños cerrados».
En cuanto a las fotografías plasmadas en la producción audiovisual, nos sumergen en los sucesos de la última dictadura militar. Se ven retratados los efectos que la misma impuso sobre los sujetos que fueron detenidos/as en ese contexto: aislamiento y soledad. Al mismo tiempo, esperanzadoramente, ilustran la posibilidad de resistir junto a otros/as «se salvaron porque pudieron hablarse, con golpecitos a través de la pared.
Ambas producciones ponen en cuestión el ensimismamiento y la ruptura de los lazos a los que intenta someternos la lógica del capital y entreabren la puerta a la construcción de un mundo donde el otro no se constituye en una amenaza, sino en el sostén y fin de la lucha por la emancipación.
