El torneo de Buenos Aires es uno de los más añejos del circuito mundial de tenis y supo ver pasar a mitos como Vilas, Borg o Laver. Un repaso a su historia.
El torneo de Buenos Aires es uno de los más añejos del circuito mundial de tenis. Está vigente desde 1893 y a lo largo de su centenaria historia cambió de nombre, de trofeo y hasta pasó del amateurismo al profesionalismo. También supo ver pasar por sus cuadros a mitos como Guillermo Vilas, Bjorn Borg o Rod Laver, pero la esencia de albergar campeones de Grand Slam nunca se modificó.
Desde que el Argentina Open regresó al ATP Tour en 2001, tuvo una larga lista de jugadores con historia en los cuatro grandes. Ya sea antes o después de jugar en nuestro país, fueron ocho los tenistas campeones de Grand Slam que pisaron el legendario polvo de ladrillo de Palermo. Entre ellos obtuvieron los cuatro títulos mayores.
Quizás el caso más emblemático de la era moderna el el del español Rafael Nadal. Su primera aparición en el Buenos Aires Lawn Tennis Club fue en 2005, cuando era un adolescente de 18 años que se iba afianzando entre los mejores 50 del ranking. En esa ocasión perdió en cuartos de final ante Gastón Gaudio con un llamativo marcador: 0-6, 6-0 y 6-1.
En esa misma temporada obtuvo el primero de sus 19 Grand Slams (12 en Roland Garros), y diez años después regresó al país para llevarse el título de campeón de la edición 2015, en la cual no perdió ni un set y revolucionó por completo al certamen, a los organizadores y a los fans, al igual que en 2005, cuando el público percibió la figura que se avecinaba. En 2016 volvió a jugar en Buenos Aires, pero perdió en semifinales ante el austríaco Dominic Thiem.
Precisamente Gaudio fue el ganador de hace 15 años. Después de vencer al “Matador”, derrotó a Alberto Martín y a Mariano Puerta y se quedó con el trofeo. Aquél choque de cuartos fue el único en el que perdió sets, y tras su conquista, ya no volvió a ganar partidos en ninguna de las tres ediciones que jugó.
Quizás no esté presente en la retina de muchos, pero Juan Martín Del Potro, enemistado desde hace años con Martín Jaite, director del Argentina Open, jugó su segundo torneo a nivel ATP en Buenos Aires. Tras disputar dos rondas en el extinto certamen de Viña del Mar, recibió una invitación para estar en el BALTC. El veterano Juan Carlos Ferrero soportó sus ya conocidas derechas atronadoras y le ganó 2-6, 6-4 y 6-4. Más de tres años después, la “Torre” ganó el US Open.
Si hay dos extranjeros amados por el público nacional son el brasileño Guga Kuerten y el español Carlos Moya. El de Florianópolis se consagró en 2001 (motivo por el cual recuperó el N°1 del mundo), luego de sus títulos en Roland Garros 1997 y 2000, y previo a ganar el tercero ese mismo año. Por su parte, el mallorquín se coronó en París en 1998, y luego lo hizo en el ATP porteño en 2003 y 2006. La perla es que “Charly” sumó su primer título en 1995 en esta ciudad, en una edición única pero que sembró la semilla para la actual era del certamen.
Los españoles fueron claros dominadores del Argentina Open a lo largo de 20 ediciones. Dos de ellos fueron grandes protagonistas del Bois de Boulogne. Sergi Bruguera fue bicampeón en 1993 y 1994, y en tierras argentinas compitió en 2001, cuando perdió en segunda ronda ante Gaudio. En cambio, Juan Carlos Ferrero jugó cinco ediciones, todas después de ganar en París en 2003, y se proclamó aquí en 2010.
Por su estilo de tenis y también por algunas notas color como haber “hecho” un asado, el suizo Stanislas Wawrinka engendró un profundo cariño en Buenos Aires. Antes de ganar sus tres títulos de Grand Slam (Australia 2014, Roland Garros 2015 y US Open 2016), se hizo presente tres veces en nuestro país. La final de 2013 fue su mejor resultado.
Además de estos ocho nombres ilustres que, más allá del proseguir de sus carreras, quedarán para siempre en la historia del tenis, otros diez jugadores finalistas de Grand Slam disputaron el más antiguo de los torneos de nuestro país.
El valenciano David Ferrer marcó una era en Argentina. Fue tricampeón entre 2012 y 2014, precisamente al mismo tiempo que llegó al partido definitorio en Roland Garros 2013.
David Nalbandian, Guillermo Coria y Mariano Puerta son los únicos argentinos que fueron finalistas de loa cuatro torneos mayores y jugaron en nuestro país. Mientras el primero -subcampeón en Wimbledon 2002- ganó la edición 2008, el “Mago” abrió su histórica temporada 2004 con el título en Argentina, antes del memorable duelo con Gaudio en Francia. Al año siguiente, la definición en la Phlippe-Chatrier la jugó el porteño (cayó ante Nadal), y también se le escurrió el título nacional ante el “Gato”.
Thiem alzó la copa en Buenos Aires en 2016 y 2018. Hasta el momento no pudo ser campeón de Grand Slam, pero jugó las finales de Roland Garros 2018/19 y en Australia este año. También llegó al último partido en Oceanía pero en 1998 el chileno Marcelo Ríos, que hizo una primera ronda y una segunda en 2001 y 2002.
Por último, el sueco Magnus Norman (segundo en París 2000) perdió en el debut en 2002, su única actuación, mientras que el chileno Fernando González (final en Melbourne 2007) tiene los cuartos de 2012 como mejor actuación, misma instancia -en 2016- que el francés Jo-Wilfried Tsonga, que perdió el título en Australia en 2008. El japonés Kei Nishikori, subcampeón en EEUU 2014, cayó en la definición porteña en 2017.
En total, son 18 los tenistas que pisaron el clay de Buenos Aires y también supieron jugar una final de Grand Slam. Ocho de ellos terminaron triunfando en el partido más soñado, y entre todos acumulan 31 títulos mayores, con triunfos en los cuatro. En definitiva, el Argentina Open es cuna de grandes campeones.