La causa que investiga la denominada “mesa judicial” de Mauricio Macri escaló ayer otro peldaño al incorporar los correos electrónicos en los que Marcos Peña supuestamente centralizaba las convocatorias a sus integrantes, denunciados por magistrados y legisladores por presuntos aprietes en expedientes sensibles para la administración de Cambiemos.
El fiscal Ramiro González, a cargo de la investigación, sumó al expediente los mails que la interventora de la AFI, Cristina Caamaño, aportó a la bicameral de Inteligencia del Congreso. Este diario ayer había adelantado que ambas pesquisas comenzaban a confluir en una gran megacausa que eventualmente apuntará a establecer si hubo una coordinación desde lo más alto del gobierno anterior entre las aparentes presiones y las maniobras de espionaje expuestas.
El expediente que instruye el fiscal González y que se encuentra bajo la órbita del juez federal Sebastián Ramos agregó ayer un nuevo testimonio sobre el accionar de los funcionarios que Macri había puesto a seguir las causas que le interesaban a la Casa Rosada.
De inmediato González decidió citar a testimonial al resto de los jueces que asistieron a ese encuentro con los exfuncionarios. El fiscal también pidió informes al Consejo de la Magistratura acerca de las denuncias que se tramitaron en los últimos años contra los jueces del fuero laboral, que Raffaghelli había señalado como parte de las maniobras de la “mesa judicial” tendientes a cercarlos.
Lo mismo había pedido días atrás Ramiro González luego de la presentación por escrito de la camarista de Casación federal penal Ana María Figueroa, quien además de confirmar que el actual procurador porteño, Juan Bautista Mahíques, había sido quien intentó presionarla en diciembre de 2015, dijo que al no prosperar esa acción se presentaron tres denuncias en su contra ante el Consejo de la Magistratura. Con estas requisitorias el fiscal intentará revisar si las presentaciones contra Figueroa y los jueces laborales tenían algún fundamento o eran meros mecanismos de coerción.