Boca Juniors venció la noche del miércoles a Internacional, de Brasil, por 1 a 0, con un gol de Carlos Tevez, que en el acto homenajeó a Diego Maradona mostrando la camiseta que el «Diez» utilizó en el clásico con River Plate de 1981, y se encamina hacia los cuartos de final de la Copa Libertadores en la que debería enfrentarse a Racing Club.
Este enfrentamiento no tenía antecedentes por Copa Libertadores, ya que solamente se habían enfrentado tres veces por Sudamericana, y esta primera vez que les tocó hacerlo fue en una superficie inusual que justamente por ello permitió que el partido se jugara, ya que la lluvia que cayó antes y durante el juego fue muy copiosa.
Dentro de ese panorama previo y con un campo de juego de superficie sintética con una mezcla de césped artificial en su mayor parte y algunas zonas de natural, sin embargo fue Boca el que hizo pie durante más tiempo que su rival.
Los brasileños, dirigidos por el técnico alterno Leomir de Souza, ya que el principal, Abel Braga, está afectado de coronavirus, algo que afectó al plantel en los últimos días y diezmó al equipo para este compromiso, se vieron superados en los primeros 45 minutos por los conducidos por Miguel Ángel Russo.
El manejo del colombiano Edwin Cardona y las buenas conexiones que mantuvo por izquierda con su compatriota Sebastián Villa permitieron que Boca se acercara con peligro hacia el área rival e hiciera zozobrar a una defensa a la que le faltaba el zaguero central argentino Víctor Cuesta por suspensión.
Sin embargo la falta de puntería de Villa, en su mejor producción desde que retornó al primer equipo «xeneize», frustró algunas buenas oportunidades de su equipo para ponerse en ventaja.
Russo apostó por un equipo punzante por los costados al incluir por derecha a Eduardo Salvio, que llevaba 23 días desde que se desgarró, y en un terreno con mucha agua podía significar un riesgo demasiado importante.
Pero el rédito de esta decisión recién lo iba a alcanzar más allá del cuarto de hora inicial del segundo período, cuando «Toto» desbordó por derecha y colocó un centro atrás que Carlos Tevez capitalizó con una media vuelta mordida de zurda que sin embargo terminó doblegando la resistencia del arquero local Marcelo Lomba.
Este gol, el primero de Boca en la historia en el Beira Río, el número 90 de Tevez con la camiseta de Boca (quedó a uno de su vicepresidente segundo, Juan Román Riquelme, en el undécimo lugar), tuvo además un significado altamente emotivo porque el «Apache» se sacó la camiseta «de hoy» y mostró una «del ayer», la que supo usar nada menos que Diego Maradona.
Ese fue el homenaje personal de Tevez, a los Lionel Messi el pasado fin de semana mostrando la de Newell’s que utilizara Diego, después de otro reconocimiento grupal que se le realizó a Maradona antes del encuentro.
Claro que la conquista boquense llegó cuando mejor estaba jugando Inter, que en ese segundo tiempo ya no contaba con su capitán, el argentino Andrés D’alessandro, que se quedó en los vestuarios en el entretiempo para que su lugar lo ocupara Mauricio.
El dominio brasileño entró en pausa con ese revés en el marcador que de por sí implica la obligatoriedad de convertir al menos un tanto en la Bombonera en la revancha del próximo miércoles 9 de diciembre.
Y recién después de transcurrido un cuarto de hora de la conquista «xeneize» pudo retomar el protagonismo el conjunto local, que volvió a empujar y generar un par de situaciones de riesgo en el arco de Esteban Andrada con un disparo en el travesaño y otro de Patrick que salió muy cerca.
Por ese entonces Boca se sostenía defensivamente en la solidez de Carlos Izquierdoz y descansaba con la pelota cuando la tomaba Cardona, otra vez como ante Newell’s el pasado fin de semana, la figura de la cancha.
Así, este partido que debió jugarse la semana pasada pero se postergó por el fallecimiento de Maradona, hizo que también se retrase la programación de los cuartos de final de la Libertadores, instancia para la que el ganador de esta serie deberá enfrentarse con Racing Club, disputándose el partido de ida el 16 de este mes y la revancha el 23.
Y si Boca consolida su andar en esta serie que encaminó en Porto Alegre, donde el plantel «xeneize» pernoctó para regresar recién mañana antes del mediodía a Buenos Aires, el cruce con Racing seguramente hará historia grande para los equipos grandes argentinos en Copa Libertadores.
