El proyecto que quieren presentar los gobernadores del PJ para suspender las PASO de forma excepcional ya está escrito. Tiene tres artículos y apunta a saltear la instancia de las primarias solo durante 2021, con el argumento -o la excusa- del impacto de la pandemia. La iniciativa sería presentada en las próximas horas por una veintena de diputados de más de diez distritos que responden a los oficialismos provinciales, que son los que vienen clamando por evitar la contienda de agosto del año próximo.
Pero mientras que los gobernadores del PJ motorizan y aceleran el operativo «anti PASO», el kirchnerismo exhibe otra velocidad y otra agenda. Días atrás, Máximo Kirchner le hizo saber a un diputado de su bloque que no está convencido de cambiar las reglas electorales en esta instancia. El jefe de bloque también le manifestó en las últimas horas a varios interlocutores que hoy sus prioridades son dos: aborto y jubilaciones. No las PASO.
No de casualidad, la diputada del Frente de Todos Cecilia Moreau, hoy salió a bajarle un tono a la discusión. «No tenemos en agenda la suspensión de las PASO para estos días y no me parece que pueda tener un debate exprés», dijo en declaraciones a Futurock. Moreau proviene del Frente Renovador, pero que secunda a Máximo Kirchner como vicejefa de la bancada oficialista.
El presidente de Diputados, Sergio Massa -que deberá definir el giro a las comisiones- coincide con el planteo de suspender las PASO, aunque no lo diga públicamente. Pero debe moverse con cautela en el campamento del Frente de Todos. Hacia afuera, dejará correr la discusión parlamentaria, que quedará marcada por el contraste entre el PJ y el kirchnerismo.
Frente a este escenario, si un grupo de diputados peronistas presentan el proyecto mañana mismo ¿Con qué premura podría prosperar en la Cámara baja? «Es una ley electoral que implica acuerdos. Para avanzar tiene que ser en un diálogo con todas las fuerzas, con un amplio consenso», advirtió a LA NACION un importante colaborador al tanto del ánimo que existe en La Cámpora.
El argumento que esgrimen en el entorno de Máximo Kirchner es que no tiene sentido aprobar la suspensión de las PASO a nivel nacional si distritos como Capital Federal y Buenos Aires no sancionan sus propias leyes en el mismo sentido. Es que, aunque no hubiera primarias en el tramo de la boleta nacional, el padrón de esos distritos debería asistir de todas formas a las urnas en agosto, para elegir candidatos a las legislaturas porteña y bonaerense. Es casi la mitad del país votando igual. «Es necesario el consenso justamente para evitar esas cuestiones», insinuaron en el campamento kirchnerista.
El razonamiento de La Cámpora, en definitiva, atenta contra el ánimo de los gobernadores, porque Horacio Rodríguez Larreta está en contra de suspender las PASO. En Uspallata trabajan para que el jefe de gobierno porteño y todos los referentes de Juntos por el Cambio de la Ciudad se expresen en las próximas horas con una postura en común, para sostener la cita electoral de agosto. Como anticipo, el diputado radical Emiliano Yacobitti ya publicó una serie de mensajes en Twitter en los que adujo que «las reglas de juego electoral no se cambian antes de las elecciones y menos sin un consenso amplio demostrado en el Congreso y no por solicitadas ni declaraciones de los gobernadores».
Axel Kicillof, en tanto, dijo en las últimas horas que hay que «evaluar» la situación de las PASO en la provincia porque «va a ser un año en el que aunque la vacuna funcione rápido se estará con el coronavirus encima». También firmó la solicitada de los gobernadores que pide «mesura y prudencia» por la pandemia. Pero mientras espera a que el escenario del Frente de Todos se clarifique, el gobernador bonaerense se sostiene en un lugar de prescindencia. «Lo va a dejar correr. Por ahora no le está poniendo ni el cuerpo ni la cabeza. Cuando esté todo dado se verá», señalaron a LA NACION desde La Plata. Y agregaron, en sintonía con La Cámpora: «Tiene que haber un acuerdo amplio con la oposición. Tampoco es un proyecto que oficie de moneda de cambio». En la provincia, una ley de este tipo no puede ser aprobada sin los votos de Juntos por el Cambio en el senado bonaerense.
Alberto Fernández -que escuchó el reclamo de una masa crítica de gobernadores en Olivos el viernes pasado- habilitó la discusión del tema y acompañó el viento político que llega desde las provincias, en un momento en el que necesita sustentar su poder. Sin embargo, les encomendó a los mandatarios provinciales que antes de enviar el proyecto de ley al Congreso logren un respaldo mayoritario.
Mientras que la discusión en el oficialismo no está saldada, el ministro del Interior, Eduardo «Wado» De Pedro, le encomendó a su equipo que siga trabajando con la hipótesis de que habrá PASO el año que viene. «A nosotros nos corren los tiempos de verdad. El cronograma electoral en lo formal arranca en abril», advirtieron cerca del funcionario. Miembro de La Cámpora, el ministro que tiene bajo su órbita la organización de los comicios es uno de los pocos que ostentan la confianza de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, y que tiene interlocución con los gobernadores.
