A pesar de las zozobras que trajeron tantos los 90 minutos reglamentarios como el tiempo suplementario en los que Argentina estuvo tres veces en ventaja, el penal de Gonzalo Montiel dio rienda suelta a los festejos en la ciudad capital de la provincia.
Tal vez las ansias de festejos hizo que luego del tercer gol marcado por Messi, ya hubiera gente que se acercara al centro a escuchar los últimos minutos del partido para luego desatar los festejos. El empate francés y los penales encontraron ya una gran convocatoria a lo largo de la Avenida San Martín que se valió de todos los medios para escuchar la tanda de penales que a la postre le dieran el triunfo a la Selección Argentina y desatara el colorido celeste y blanco en el centro de la ciudad.
Hubo caravana entre la Plaza y la rotonda del Centro Civico, cánticos, disfraces y una multitud de camisetas celestes y blancas que no paraban de cantar y saltar para celebrar el título mundial.
También lugar para los «emprendedores» que vieron en los festejos, la oportunidad de sacarle redito a la alegría. Vendedores ambulante ofrecían bebidas frescas con y sin alcohol y el punto máximo fue en el parque del conocido hotel ubicado en la San Martín, en donde sus dueños dispusieron un caminó refrigerador de culata que ofrecía cervezas de una conocida marca internacional para mitigar tanta sed devenida de la alegría.