Hugo Cabral (63) se cayó el miércoles a la noche en un antiguo pozo ciego que estaba cerrado desde hace más de 30 años en el frente de su casa. Imprevistamente, cerca de las 23, cuando el hombre caminaba por la vereda de su vivienda, ubicada en la calle Santa Cruz al 1.100, el suelo cedió, las baldosas se abrieron y de milagro no se ahogó en el líquido pestilente y añejo. Lo salvó la reja de una ventana, de la que pudo agarrarse para no quedar atrapado en el lodo.
“Esto podría haber sido una desgracia. No sé a quién llamar, en la Municipalidad no atiende nadie. Es un peligro que esto quede así”, dijo la artista Brenda Cabral, hija del hombre que cayó en el pozo.
El hueco no es menor: tiene dos metros de largo por dos de ancho y, se presume, varios metros de profundidad. Para que nadie más se caiga allí adentro, después de bañarse, Hugo Cabral colocó una cinta de peligro rodeando el pozo.
“Acá todos los vecinos tienen problemas. El otro día a un vecino se le hundió todo el piso de la habitación. Ocurrió lo mismo que acá, pero podría haberse hundido con cama y todo”, dijo uno de los vecinos que se acercaron anoche preocupados por lo ocurrido. En medio de la crisis sanitaria que atraviesa Santa Rosa, la calle Santa Cruz es (históricamente) una de las más castigadas.