Estos hallazgos están basados en datos recopilados y analizados por el equipo del doctor Levenson durante 20 años, período en el cual se examinaron varias parejas casadas y heterosexuales. Los investigadores tuvieron en cuenta factores como la edad, la educación, el ejercicio que realizaban o no, si fumaban, o si consumían café o alcohol regularmente. Así llegaron a la conclusión que esta conexión entre emociones y salud es más pronunciada en el sexo masculino que en el femenino, aunque en las mujeres también se notó.
Se pudo observar que si una persona suele tener ataques de ira y frustración durante una pelea conyugal, la probabilidad de sufrir enfermedades relacionadas al corazón y la presión alta aumenta. Por otro lado, aquellos que no expresan sus emociones, y se encierran en sí mismos en vez de vocalizar sus inquietudes y enojo, tendrán en el futuro dolores de espalda y articulaciones.
La doctora Claudia Haase, profesora adjunta de Desarrollo Humano y Política Social en la Universidad de Northwestern, y otra de las científicas que participó del relevamiento, expresó:»Analizamos conversaciones de conflicto marital que duraron sólo 15 minutos y que podían predecir el desarrollo de problemas corporales y de salud en 20 años, en base a los comportamientos emocionales demostrados por ellos durante esos 15 minutos».
Esta investigación es una de varias llevadas adelante por el doctor Levenson, quien se centra principalmente en los engranajes de los matrimonios de larga duración. Los participantes de sus experimentos son 156 parejas de mediana edad de orientación heterosexual, que Levenson y su equipo estudia desde 1989.Cada cinco años, estas parejas son filmadas en un laboratorio mientras discuten eventos de su vida diaria, desde hechos que les provocan felicidad, hasta otros que terminan en desacuerdos.